Las agujas son muy finas y la sensación al colocarlas es casi imperceptible. En ocasiones se nota un ligero cosquilleo, calor o presión que suele desaparecer enseguida, dando paso a una sensación de calma y relajación.

Una sesión suele durar entre 45 y 60 minutos, incluyendo una breve entrevista inicial y el tiempo en camilla con las agujas colocadas.

Depende de cada persona y del motivo de consulta. Algunas personas notan cambios desde la primera sesión, mientras que en otros casos es necesario un ciclo de varias para consolidar la mejoría.

Sí. La acupuntura es un tratamiento complementario y puede combinarse sin problema con la mayoría de los tratamientos médicos convencionales.

Lo ideal es venir con ropa cómoda, no acudir en ayunas ni justo después de una comida muy copiosa, y llegar con unos minutos de margen para relajarte antes de empezar.

La acupuntura es segura cuando la realiza un profesional cualificado. En situaciones específicas —como embarazo, uso de anticoagulantes o ciertas patologías— se adaptan las técnicas y puntos utilizados para garantizar tu seguridad.